jueves, 11 de octubre de 2007

FRUTO DE AMOR

En este caer de días
-piedras en precipicio-
exhala su aroma
un fruto firmemente
asido, no sé,
a la mentira.

Se queda suspendido
en el brazo del espacio
y cada vez más fuerte
impávido mira
una lluvia de tiempo
que no lo vence.
Es un fruto-amor
de mil palabras dichas.
Es una ternura
que espera la noche
para nutrir su aurora.

Es fruto-amor-poema
que de distancia se queja
y en aguaceros vierte su pena.

Es canto alado
sonido de barca
en altamar.
Es silencio de selva
penetrando en el alma
a descansar.

Es éste un fruto-amor
de dos que de
pronto se forjó
y ha templado
un toque albo
de clarín que
deslumbra el alma.

Dos frutos redivivos
que no cejan.
Amores
en la rama del ocaso
que el acaso encierra.

En este caer de días
-horas en precipicio-
hay un fruto firmemente
asido –no sé- a la mentira.

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