martes, 11 de septiembre de 2007

SANTIAGUERAS

A mis amigos de la
Peña Literaria

¡Santiago de lejanías
en el remanso celaje!
Panorámica de viaje,
colosales serranías.
Te cuidan como vigías
la cultura de tu gente
armonía refulgente
entre naturaleza y hombre
que da esplendor a tu nombre…
¡Santiago, cuna sonriente!

Legendario pueblo olmeca
del azteca tributario
perlas de historia en rosario
de cabezas son la meca.
De colosales sí peca
en su dios jaguar resiste
el indígena reviste
el orgullo de su origen
en estas tierras eligen
el Tuxtla náhuatl que viste.


Y fuiste villa infanzona
y Marquesado del Valle
lo histórico de tu talle
el noble rey lo blasona.
Ingenio, caña dulzona,
en cantón fuiste primera
ciudad colonial cimera
heredaste los reinados,
danza, música…bordados
de tradición decimera.

La fortaleza de raza
te viene de lo africano
rumba, rumbero, fulano,
tus orígenes emplaza.
La negra, negra, acompasa
con su pelo ensortijado
mogomogo cocinado,
el marimbol engrandece,
son abajeño agradece
ser por todos cobijado.


En torrente de su ser
indígena sangre funde
la negra que se confunde
ante hispano proceder.
De Moctezuma ha de ver
señorío de su raza
del peninsular la plaza
de africano bronco son
que surge como fusión
cultura que todo abraza.

En mirada de mujer
sobresale…artesanías,
realidad, no lejanías,
es el arte de tejer.
Dualidad ciencia-creer,
escultoras de sapiencia,
reflejan grata inocencia
en diseño de comales
suprimen todos los males…
¡Es riquísima experiencia!


De sabores Santiago hecho
de colorido también
guayas y nanches recién
pitahayas al despecho
la mujer pinta de pecho
amargo, dulce, salado,
frutal divino bocado
en la dieta del tuxteco
xoxogo, vaina…del eco
sierra, edén divinizado.

Resalta abolengo hispano
en la estructura de casas
de jardines a terrazas
aspiras divino arcano
aire por demás cercano
dos aguas, arco, tejado,
ventanal, balcón alado,
amplio corredor, pasillos,
donde habitan duendecillos
desde hace tiempo pasado.


Santiago ha dado a luz, juegos
que en otros lares no brillan
Mona y Pipica rastrillan
el sentimiento de legos,
Tángano, Pandorga, en riegos
risa, alegrías producen
niños, jóvenes inducen
a cultivar pleitesías
son finas jugueterías
sólo en Santiago seducen.



Bajo el azul de su cielo
en junio de cada tarde
líceres, la lluvia que arde
de Xogoyo levan vuelo.
Tragedias griegas que en celo
se unen al jaguar olmeca
de soga al grito a la mueca
del cuero al moco rugir
del Marqués ha de subir
algazara que no peca.


Es la fiesta popular
la del alcázar y el son
que retumba cual sermón
en la tarima ejemplar.
Del cerro baja a templar
anciano, joven y niño,
arpa, requinto…corpiño
sube a ganar la pasión
de dos, de cuatro o montón,
zapatean con cariño.

En la víspera del santo
hay que acabar con demonios
suelen dejar testimonios
cuernos y cola de espanto
ha de quedar sin quebranto
la ciudad sana y tranquila
a las cuatro se vigila
muñecos, música y toro,
la gente con más decoro
a las cuatro despabila.


En el Tlalocan estaban
-tierra virgen de fuego y agua-
unos ojos tras la yagua
de brujos y, ay, Yobaltavan.
Las miradas espantaban
y con chaneques de ríos
llegaban a caseríos
por niño no bautizado
danzarle línea del hado
y que muriera de fríos.

En cada julio de fiesta
el son en Santiago suena
baila, bailando resuena,
garbosa mujer enhiesta.
El huapango está en la siesta
el cascabel…la sonrisa…
el zapateado sin prisa...
lo traemos de abolengo
de moro, andaluz provengo
ropaje, guitarra y risa.


A batalla siempre cruenta
partió valeroso el Santo
aunque Bernal no está al tanto,
Santiago ganó cincuenta.
Así de Tuxtla se cuenta
miríada de cantores
en procesión dan clamores
cada julio veinticinco
multitudes con ahínco
dan y demandan fervores.

Del medioevo se evoca
el lance de caballeros
mora usanza de guerreros
que a muchedumbres convoca.
La dama al galán provoca
el denuedo en punterías
las pícaras gallardías
mueven dones en torneos
cinta, banderín, trofeos…
¡Bulle pueblo en romerías!


La patria sobre carreta
tiro de gracia con bueyes
fundamentales sus leyes
no permiten jugarreta.
Luce de blanco, coqueta,
tocado frigio en cabeza,
el águila una entereza
bordado de fantasías
recuerda días con días
lo heroico de su grandeza.

La muerte siempre convoca
al camposanto en noviembre
el santiaguero en septiembre
tiene la muerte en la boca
platillo a comer invoca
garnacha, nanches curtidos,
dulces, tamales surtidos,
símil dieta de difuntos
aquí pasaremos juntos
vida y muerte redimidos.


En parranda lo divino
a las seis el veinticuatro
superior a otro teatro
de Jerusalem devino.
Y aunque sin ir en pollino
Marías diez mil lo cargan
penas a besos descargan
marimba, jarana y son,
cohetes, luces, listón,
a la madrina lo encargan.

¡Así el periplo cerramos:
rica historia y tradición,
de culturas bronco son,
bailes y piedras tallamos!
Poesía, canto, sembramos
en cada noche de luna;
llega siempre la fortuna
del arte, comida y vino,
Santiago siempre divino…
¡Jamás, como tú, ninguna!

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