Tu luz
ya no es
para mí.
Tu eco ya
no me llega
y has convertido
en páramo
mi tiempo.
Desierto
de mí,
alacrán
me habito.
Cactus de
mis deseos
en el cenit
me seco.
Desde que te
marchaste,
tuza cavo
mi madriguera:
el día es noche
y la noche
Quimera.
En el
oasis de
mi desierto
callaste
el mar
de las
caracolas
ahogaste
el trino de
los pájaros
y deshijaste
las amapolas.
En el
páramo
de mi
tiempo
mi dolor
te muerde
y mi rencor
te ladra
y tú sigues
-en intimidad-,
movimiento
oceánico
sorbiendo
agua.
Desde
que te
marchaste
calló
el mar
de las
caracolas
ahogaste
el trino
de los
pájaros
y deshijaste
las amapolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario